jueves, 9 de marzo de 2017

LITERATURA ABORIGEN 8°

Reconocimiento de las producciones literarias
de tradición oral antes del Descubrimiento

Objetivos de aprendizaje
  • Identificar las características de los textos de la tradición oral.
  • Establecer las diferencias que hay entre un texto oral y un texto escrito.
  • Diferenciar textos de tradición escrita y oral.

Literatura aborigen
Se denomina "aborigen" a aquello que es históricamente originario del área en la que vive.
El aborigen de una zona determinada es quien la ocupa antes de que llegaran sus actuales moradores, al menos hasta que se tiene constancia históricamente.

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Se conoce como Literatura aborigen al conjunto de manifestaciones literarias (narrativas o poéticas) de las comunidades precolombinas. Muchas de estas manifestaciones permanecen hasta nuestros días.

Contexto
Antes de la llegada de los conquistadores españoles a las tierras que hoy se conocen como Colombia, existían pueblos que habían desarrollado ricas manifestaciones artísticas y culturales. Algunos de estos pueblos mantenían modelos de vida sedentaria, poblaciones y lugares de culto; otros eran nómadas, y se habituaron a la caza y recolección (sistemas semisedentarios), acordes con el entorno natural que habitaban.

Estos pueblos generaron no sólo sistemas de producción agrícola, de intercambio comercial o esquemas complejos de organización social y política, sino elaboradas manifestaciones culturales: religiones, muestras escultóricas, pictóricas y artesanales de gran valor, y desde luego, riquísimas tradiciones orales que en la forma de mitos y leyendas reflejaban su concepción del mundo.

Tales tradiciones son, sin lugar a dudas, uno de los patrimonios más valiosos de un pueblo, pues en ellas se articulan los valores, las formas de entender qué es el ser humano y su posición en el mundo, sus orígenes, su organización social y la importancia de la naturaleza.

Tradiciones orales
Muchas de las tradiciones socioculturales de los pueblos indígenas, se articulan en la forma de cantos o poemas recitados y vinculados a los cultos, o en forma de narraciones. Estas narraciones
se conocen más como mitos y leyendas, giran
muchas veces en torno de temas comunes, como el origen del mundo, el origen del ser humano y de los seres vivos, el origen de las leyes; otras veces, tienen como eje a un héroe principal, conquistador de pueblos, organizador de clases, legislador.

No obstante, al llegar los españoles, la mayor parte de estas tradiciones fueron calificadas de supercherías, mitos sin fundamento y no es raro que los dioses tutelares hayan sido simplemente identificados con brujos, hechiceros, diablos o demonios.

Las grandes sagas han sido consideradas como relatos pintorescos y como género menor, desconociendo su variedad, su valor artístico, histórico y cultural, y el hecho de que en realidad hoy, más de quinientos años después de la Conquista, este acervo sigue siendo saqueado y se está perdiendo en un olvido y una indiferencia lamentables.

Pero afortunadamente, no todo ha sido barbarie y olvido. Incluso entre las huestes de los soldados españoles que traían como consigna evangelizar estas nuevas tierras, habían hombres cultos que aprendieron la lengua de los aborígenes – claro que con el fin de traducir mejor la biblia -, y que copiaron en sus crónicas algunos de los relatos aborígenes. A comienzos de este milenio, aún muchos antropólogos, etnólogos, lingüistas y aventureros extranjeros, han transcrito y traducido las tradiciones orales y les han dado un estatus literario, y han rescatado esas muestras como parte de un pasado sobre el que se edificará el futuro.

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